Hace un año publiqué un post en mis redes sociales, hablando de este tema. Una publicación que poco a poco ha ido desapareciendo en el universo de Instagram y Facebook.

Por eso he querido recuperar esos consejos y traerlos al blog, para darles la posibilidad de que más personas los lean y puedan descubrir qué técnicas están consiguiendo justo el efecto contrario del que cualquier negocio necesita.

No soy una persona religiosa, me declaro abiertamente atea desde hace muchos años, pero los pecados que vas a encontrar en este artículo no te llevarán al infierno ni a ningún purgatorio. No son pecados que se solucionen con actos de fe ni con penitencias, pero si los estás cometiendo es hora de que cambies de rumbo para dejar de perder seguidores, clientes y dinero. Y hazlo ya!

PECADO 1️⃣ Follow- Unfollow

Quieres seguidores pero no los consigues únicamente con tu contenido, así que sigues a 100 cuentas y esperas. Si logras que 20 te sigan de vuelta, eliminas las 80 restantes y vuelves a empezar el proceso.

La cuestión es si esas personas que te están siguiendo se convertirán en clientes o únicamente en números en el contador de tus redes sociales. Si lo que quieres es vender debes darles a quiénes te ven algo que quieran comprar. ¿Crees que con esta técnica estás llegando realmente a personas que pagarán por tu producto?

PECADO 2️⃣ Etiquetado masivo

Te esfuerzas en publicar imágenes preciosas, buscas hashtags que suenen bien y esperas. Nada. Ni un like ni un comentario. ¿Qué se te ocurre? Claro! Etiquetar!

Sin conocer a las personas, sin relación entre tu publicación y sus cuentas, sin preguntarles si les parece bien. Simplemente tratas de raspar un poco de la visibilidad de otras personas para que el foco le de a tu negocio, aunque sea de refilón.

Puedes etiquetar a otros profesionales pero siempre con un sentido, con criterio y no solo por mero interés. Las redes sociales son sociales porque buscan las sinergias. Si no das nada y solo buscas tu interés, harás huir a cualquiera. Además tu reputación se verá más que dañada.

PECADO 3️⃣ Venta instantánea

Vale. Te ha quedado claro el punto anterior, así que intentas socializar. Mandas invitación a tu red, o solicitud de amistad a una persona y, cuando te acepta, le envías un mensaje con toda la lista de tus productos. Genial! Es justo lo que esa persona esperaba recibir.

Ni un gracias por contactar, ni un saludo. ¿Para qué perder el tiempo en formalismos?

Por favor! Cuando envíes una solicitud de contacto en cualquier Red social y te la acepten, saluda, agradece y empieza una conversación. Si lo primero que me envías es un catálogo de tus productos me doy cuenta que no te intereso como profesional, ni como persona. Me siento engañada para comprar algo que me provoca rechazo por que tú me lo has generado.

PECADO 4️⃣ Desaparición

Publicas y esperas reacciones. Quieres que la gente comente, hacerte viral, que compartan tus contenidos pero… ¿dónde estás tú cuando eso pasa?

Desapareces, te vas, te diluyes en mil quehaceres. Pretendes que a todo el mundo le interese lo que escribes, pero a ti te importan cero los comentarios de tus seguidores. Jamás contestas a mensajes directos y solo estás en redes para que te vean. Que te compren, que te pidan presupuestos, que te doren la píldora, pero sin esperar nada a cambio.

Lo siento, pero no has pillado el sentido de la presencia online. Vuelve a la casilla de salida!

PECADO 5️⃣ Negación

Eres incapaz de aceptar las críticas. Borras cada comentario negativo que recibes de tus clientes, bloqueas cuentas sin parar y lo único que piensas es que el mundo se ha compinchado para hundirte la autoestima.

Terminas por pasar más tiempo controlando lo que otros opinan de ti que generando el contenido que te hará avanzar y acabas por entrar en una dinámica destructiva de la que se nutren todos los haters del mundo online.

La visibilidad tiene un precio. Lo goloso son las palabras de aliente, el apoyo, los clientes satisfechos, los compañeros que ayudan y los ingresos en cuenta. Pero toda moneda tiene dos caras y tienes que estar preparad@ para los comentarios negativos, las críticas que no siempre son constructivas y las crisis de reputación.

Saber cómo atajar todas esas situaciones marca la diferencia entre profesionales. Pero además, cada comentario y cada crítica es una joya. Leer y escuchar lo que dicen de ti te ayuda a mejorar, a crecer, a ofrecer lo que se espera de ti. ¿Te lo habías planteado así?

PECADO 6️⃣. ‘Yoísmo’

Te veo más a ti que a mi familia, porque cada vez que entro en redes una publicación con tu cara me recibe. Me cuentas cada día lo que haces, lo que vendes y me repites hasta la saciedad eso en lo que eres el mejor. Y has logrado aburrirme en una semana.

Este es uno de los pecados más habituales, porque creemos que para vender debemos darnos bombo cuando para vender lo que tenemos que hacer es dar soluciones.

Humanizar la marca se la ha ido a mucha gente de las manos. Tu comunidad quiere conocerte y saber de ti, pero no seamos falsos, lo que más quieren es saber qué es lo que tú puedes hacer por ellos.

Coloca al cliente en el centro de tu estrategia, dale voz, ponle cara, hazle espacio en tus redes sociales y serán ellos quienes pidan más de ti.

PECADO 7️⃣. Secretismo

De un extremo al contrario. Hay tantas personas que se aman tanto que no conciben una foto en redes en la que no aparezcan, como otras a las que no les ponemos cara.

Encontrar una foto tuya es tarea imposible. Te escondes detrás de logos, personajes de cómic, fotos de banco de imágenes o huevos de Twitter. No dejas descubrir si eres hombre o mujer e incluso llegamos a dudar de su propia existencia.

Jamás publicas nada de tus historias, ni de tu vida así que tu feed se ha convertido en un interminable catálogo de productos con alguna foto de piernas en la playa por el medio. Tus textos son tan impersonales que hasta usas verbos en plural como si hubiera un equipo detrás, pero nadie sabe quiénes lo forman.

¿Crees que entre toda la oferta profesional que nos ofrece el mundo online, voy a elegir contratar y dar mi dinero a alguien que jamás he visto? ¿Qué confianza puedes generar con ese comportamiento?

 

No sé si te sonará alguno de estos pecados, si habrás caído en la tentación de caer en ellos y evitarte el duro trabajo que supone conseguir una presencia de calidad en las redes sociales. Quizás ni tú mism@ seas consciente de que los estás cometiendo.

Por eso, si has sucumbido al lado oscuro es momento de desandar lo caminado y volver a empezar con buena letra, criterio y profesionalidad. Y si no sabes hacia dónde encaminar tus pasos, puedes contar conmigo para ayudarte a hacer la ruta más sencilla.

Eso sí, lo haremos bien. Sin pecados, ni castigos! Pero con grandes dosis de cabeza, dedicación, empatía y esencia.