No me avergüenza reconocerlo. Todas aquellas personas que me leéis, que me seguís en redes sociales hace tiempo, lo sabéis. Nunca lo he ocultado, al contrario, siempre le he dado visibilidad a mi situación laboral.
Me siento orgullosa de haber pasado por el desempleo y de gritarlo a los cuatro vientos. Porque esa etapa de mi vida, aunque dura y frustrante, me ha hecho más fuerte, me ha forzado a desarrollar nuevos aprendizajes y me ha preparado para cualquier cosa que uno o miles de recodos del camino me tengan preparado.
Por eso, cuándo te escribo, cuándo te cuento, cuándo te aconsejo, no lo hago únicamente como profesional. Lo hago como compañera de desdichas, como un alma más que sabe lo que es desesperarse cuando todas las puertas se cierran. Tú no me creerás, porque ya lo dice el refrán: «nadie escarmienta en cabeza ajena», pero eres el único motivo por el que continúo escribiendo.
Creo que aún puedo ayudar, que puedo aportarte mi visión que está basada en la experiencia personal, y ahora también en un bagaje profesional que va creciendo diariamente.
Trabajar en una ETT tiene muchas cosas buenas y otras, complicadas. El ritmo de trabajo es frenético y la capacidad de tolerancia al estrés se convierte en vital a cada minuto. Pero, por otro lado, las sonrisas, las alegrías y la posibilidad de ayudar a las personas a salir del desempleo hacen que todo valga la pena.
Hay muchos modos de ayudar y hoy quiero intentarlo una vez más. En un post anterior te expliqué los motivos por los que no eres seleccionado en una entrevista de trabajo, y aquellos por los que te conviertes en el candidato elegido. Y hoy, quiero explicarte el paso anterior.
Durante esta última semana he visto algunos blogs en los que explican detalladamente los motivos por los que tu CV no pasa la primera criba y no llega a la entrevista de trabajo. Desde tu foto hasta la tipografía de la letra, los motivos eran tantos que me resultaría lógico que cualquiera que lo lea acabe tirando la toalla.
Por eso, me he decidido a dar réplica, porque no quiero que tú dejes de luchar por lo que te mereces. Y, menos aún, que lo hagas porque otros dicen que debes hacerlo. Así que allá vamos, dispuesta a desgranar los puntos que aparecían en el artículo (y que no voy a enlazar por no darle mayor publicidad).

Extensión del CV

Dicen que un folio, que dos máximo. Si eres capaz de englobar toda tu trayectoria profesional en una cara, que resulte visual y atractivo, perfecto!
Pero si tienes más de 30 años de experiencia, has asumido responsabilidades de distinta índole, dominas un sinfín de idiomas o miles de herramientas informáticas ¿es necesario que prescindas de algo importante sólo por comprimir tu CV? Mi respuesta es no.
Es cierto que resulta más atrayente un currículum con un diseño bonito y que englobe todo en el menor espacio. Pero no es menos real que si un candidato cuenta con una experiencia dilatada, quiero que me la explique y detalle en la medida de lo posible.
Por eso, no te agobies con la extensión. Intenta resumir y extractar pero no llegues a perder información vital guiado únicamente por el consejo de que nunca te llamarán si tu CV ocupa más de dos folios.
Simplemente, no es cierto.

Tipografía

Arial es mejor que Times New Roman, pero peor que Calibri. 12 puntos está bien, 10 es pequeño, 14, enorme.
Sinceramente, me resulta curioso que hayamos llegado al punto en el que nos creamos que un profesional de verdad va a juzgar a otro por la tipografía elegida.
Cada persona tenemos nuestros gustos, nuestras inclinaciones. Un CV nos puede gustar estéticamente más que otro y no tiene nada de malo. Pero descartar a una persona porque me guste más o menos su tipografía, no es sólo poco profesional, es vergonzoso.
¿Qué tipo de selector de personal hace algo así? El trabajo de RRHH implica mucho más que letras en un papel y cualquier persona que se dedique a ello y lo haga con el mimo que requiere, lo sabe.
Por eso, olvida los consejos absurdos respecto a la tipografía. Elige una que sea legible y clara, pero que te guste y te represente. ¿Y si es la comic sans? ¡Pues también!

Email profesional

Sí, es obvio aunque quizás no tanto como pensamos. Si tengo que elegir, prefiero una dirección donde aparezca tu nombre y apellidos. Pero si no controlas demasiado Internet y sólo dispones del email que te hizo tu hijo hace años, me da igual.
Sí, me da igual aunque sea raro, gracioso o incluso soez. El email no hace al profesional, aunque es preferible que utilices uno correcto, pero si no lo haces, desde luego no va a ser un motivo de descarte.
Quién diga que los profesionales de RRHH no llamamos a un candidato porque su dirección de correo electrónico no es «correcta», banaliza la importancia de muchos otros criterios con mucho más peso en la selección.
Si descartas a alguien por su email, no lo estás haciendo bien.

Fotografía

Esta es la eterna duda de muchos candidatos. ¿La pongo o no la pongo? ¿Es mejor que me vean la cara o me descartarán porque soy demasiado mayor, demasiado canoso, demasiado moreno o demasiado rubia?
Mi consejo es siempre el mismo. Haz aquello con lo que te sientas a gusto. Personalmente, prefiero un CV con foto, porque me hago una idea de la persona que va a cruzar la puerta si la cito a entrevista. Pero, de igual modo, no lanzo a la papelera los currículums que no la llevan.
Si eliges ponerla, sí te aconsejo que sea actual. Al ver que tienes 20 años de experiencia, no me voy a creer que tu foto más reciente es la de la orla de la universidad, así que estaría bien que la actualizaras.
Intenta que sea una imagen profesional, aunque no necesito que sea la típica foto de carnet. Escoge una con la que te identifiques, que puedas defender. Una en la que irradies aquello que me quieres vender.
Pero, sea la fotografía que sea, créeme si te digo que ningún verdadero profesional de los RRHH va a juzgar nunca tu valía profesional por tu fotogenia.

Faltas de ortografía

Por favor, aquí sí que tienes que prestar atención. Quizás sea deformación profesional, pero un CV plagado de faltas, sin haches, ni comas, ni puntos, me desquicia. Dificulta la lectura y me da una impresión de dejadez que deja mucho que desear.
 
Tienes que ser el profesional perfecto para que te llame si observo que no has sido capaz ni de pasar el corrector ortográfico antes de hacerme llegar tu CV.
Es importante la ortografía, en la medida que demuestra el interés a la hora de optar por un puesto.
Una tilde mal colocada no inclina la balanza, pero un error tras otro puede ser definitivo. Repasa cien veces y envía una!

Killer questions

¿Qué es esto? Pues te lo explico. Las killer questions, con ese nombre tan tétrico, son las preguntas que se plantean en algunos portales de empleo, y que debes responder antes de poder inscribirte.
Son cuestiones que hacen más sencilla la tarea de encontrar al mejor candidato, ya que otorga puntos a cada una de las personas que se apuntan a una oferta y en base a eso, se va delineando el mejor perfil.
Por ejemplo, si te preguntan si tienes o no vehículo propio, no es por cotilleo. Es porque es imprescindible tener coche para acceder al puesto de trabajo.
 
Las killer questions dan información muy valiosa al seleccionador, pero también al candidato. Si ves que tienes que responder negativamente a varias de las killer questions, es un indicativo de que no es una oferta para ti y quizás replantearte si apuntarte o no.
En estos momentos, en los que hay muchas personas en búsqueda de empleo, es habitual que nos apuntemos sin medir correctamente si nos adecuamos realmente al puesto. Por eso, no es nada raro encontrar que hay candidatos que se apuntan a una oferta y dejan en blanco o responden brevemente a las killer questions.
Necesito conocer la verdad respecto a las preguntas que te realizo, y si me respondes cosas que nada tienen que ver, si me pones un punto y una coma para cubrir el expediente o si estás demasiado cansado como para contestar y me dices que lea tu CV, es bastante probable que pase al siguiente candidato.
Tómate tu tiempo respondiendo a estas preguntas porque ellas sí pueden marcar, de verdad, la diferencia.

Disparar sin apuntar

Lo entiendo. Quieres volver al mercado laboral y aunque toda tu experiencia la has desarrollado en atención al cliente, ahora ya te da igual trabajar de lo que sea.
No sólo es lícito si no que es totalmente lógico. Pero tienes que entenderme, si veo que te apuntas a todas y cada una de las ofertas que publico. Si ya te da igual ser promotor que ingeniero y te has inscrito hasta a la oferta de bailarín de danza del vientre, me haces pensar.
Devalúas tu imagen como candidato si te dedicas a matar moscas a cañonazos, tirando a todo y apuntando a nada.
Me parece bien que hayas decidido cambiar de sector o rebajar tus expectativas, pero no pierdas nunca el criterio. Ajusta tu búsqueda a aquello que se te da bien, a eso en lo que sabes que eres el mejor y después convénceme de que es así.
Si veo tu nombre en todo lo que publico, pienso que no sabes en qué eres bueno y, si tú no lo sabes ¿cómo vas a contármelo a mí? o peor, ¿cómo voy a hacérselo ver yo a la empresa?

Empieza hoy

Como ves, hay diferentes motivos por lo que no llegas a la entrevista de trabajo. Algunos son ajenos a ti, no tienes control sobre ellos. Pero hay otros que sí puedes cambiar, de los que puedes responsabilizarte y es ahí donde debes colocar el foco.
Sólo puedes actuar en lo que te compete, pero en esa pequeña área debes hacer la diferencia. Olvida los consejos manidos que sólo buscan aumentar las visitas a sus páginas. No hagas caso a quiénes te dicen que ser tú mismo está mal, que una letra u otra marcará tu futuro.
Piénsalo, ¿realmente crees que una empresa mantendría en sus filas a personas tan poco profesionales como para desperdiciar la oportunidad de aumentar su capital humano, sólo por una foto?
Si tengo que seleccionar, siempre voy a optar por esas personas que se conservan a sí mismas, que brillan, que cuentan con ese «algo» que les hace especiales.
Y, estoy segura de que hay muchos otros profesionales que no se permiten desperdiciar talento por una foto mal encuadrada o un email poco profesional.
Quizás soy ilusa, pero no me lo creo. Así que no permitas que tu esencia se diluya en esa tendencia a cortarnos a todos por el mismo patrón. Comienza a cambiar aquello en lo que puedes actuar. Y hazlo hoy.